Las instalaciones solares fotovoltaicos o placas solares, como suelen llamarse, sufren de la contaminación y exposición a los elementos naturales. El polvo, la tierra, hojas, excrementos de aves, hollín, insectos y otros tipos de suciedad los atacan sin clemencia durante todo el año. Esto no es una razón de preocupación relevante para una empresa dedicada a la comercialización e instalación de paneles solares, ya que los paneles fotovoltaicos están diseñados para soportar la intemperie y la fiereza de la naturaleza.
Sin embargo, la capa de suciedad que se pueda generar sobre el cristal de cada panel, puede actuar como una especie de filtro solar y reducir su eficiencia. Como una ventana sucia que no permite ver con claridad hacia el exterior, o un par de gafas empañadas, los paneles sufren distorsiones por la suciedad.
Existen ciertos elementos artificiales y naturales que pueden causar daños en la superficie de cada panel. Además de actuar como bloqueadores de la zona, pueden generar sustancias, ácidos u otros químicos que erosionan a largo plazo el cristal.
¿Cómo afecta la suciedad a los paneles solares?
La quintaesencia de un panel solar es la captura de la energía lumínica proveniente de la radiación solar y transferirla a un sistema de acumulación energética. Un panel solar tiene una serie de células fotovoltaicas que reaccionan a la luz y mediante un proceso físico-químico, transforma esta luz en electricidad. Estas células son sensibles a impactos u otros daños. Es por ello que una empresa de autoconsumo eléctrico instala una capa de cristal templado que protege a estas celdas y funciona como la lente de una cámara.
La cristalinidad de esta superficie es su principal ventaja. Permite el paso más eficiente de la luz hacia las fotoceldas para aprovechar al máximo la energía lumínica proveniente del sol. Una capa de polvo, hollín o tierra, mezclada con la humedad o el agua de lluvia, puede transformarse en un elemento de distorsión importante. Los restos de hojas, animales muertos, insectos o excrementos de pájaros, pueden dar opacidad a las zonas de contacto bloqueando la luz. Además que las sustancias de descomposición, ácidos y otros elementos, pueden dañar lentamente el cristal.
La principal afectación de estos elementos de suciedad, es la disminución de la eficiencia de la placa. Es decir, una placa solar sucia tiene una menor capacidad de absorción y captura de la luz que una cristalina y limpia.
¿Cómo se deben limpiar los paneles solares?
Limpiar un panel solar es relativamente sencillo y es muy similar a la limpieza de una ventana. Se requiere eliminar la capa de suciedad en la superficie, realizar un barrido y devolver la claridad al cristal. Sin embargo, a diferencia de una ventana cualquiera, los rayones y deterioros artificiales en la superficie de una placa solar causan daños considerables. Un rayón puede producir una refracción de la luz diferente que afecta directamente a la eficiencia de la placa.
Por lo tanto, debemos utilizar elementos suaves, que no arañen, lesionen o causen roturas en la superficie. Los mejores ingredientes para limpiar una placa solar son el agua y jabón neutro. El jabón que usamos para el lavavajillas es el más idóneo, aunque el líquido limpiacristales tiene una eficiencia muy superior. Un paño de fibra natural o una escobilla para cristal es la mejor alternativa. Para remover manchas o excrementos se recomienda un poco de alcohol isopropílico con una esponja suave. Ante todo, la seguridad es lo más importante y debemos protegernos del viento, la altura y dificultad de la zona antes de realizar cualquier maniobra de limpieza en una placa solar elevada.
En Giesol siempre recomendamos contratar empresas profesionales de limpieza, pues están cualificadas para ello y cuentan con los elementos de limpieza y seguridad específicas para la limpieza de las instalaciones solares fotovoltaicas.