Cambiar el consumo convencional de energía eléctrica, al autoconsumo por energía solar, es una de las mejores decisiones que podemos tener. Es una energía 100% limpia, verde, segura y sobretodo, con unos altos niveles de eficiencia.
No obstante, algunos usuarios consideran que este cambio, es un proceso que solo consiste en instalar un par de paneles en el techo de sus casas. Existen dentro del sistema de generación y transformación de energía solar a energía eléctrica, una serie de factores que deben tenerse en consideración antes de proceder con dicha instalación.
Uno de los elementos que mayor discrepancia causa es lo relativo a la conveniencia de uso de placas solares fotovoltaicas o térmicas. Esto se debe a que, aunque cumplen un mismo objetivo común, tienen diferencias técnicas y sus precios, son muy diferentes.
Veamos algunas de las características de cada uno de los sistemas de energía.
Placas solares o fotovoltaicas
Los paneles fotovoltaicos funcionan mediante la absorción de la energía lumínica proveniente de una fuente natural o artificial. Evidentemente, su uso se hace eficiente por la transformación de energía a partir de la luz solar. Estos paneles, están compuestos de cristales de silicio que pueden ser monocristalinos o policristalinos. Transforman en energía eléctrica entre un 10 y un 22% de la luz recibida.
Miles de células fotovoltaicas, contienen electrones libres de átomos son estimulados o “golpeados” por fotones, la expresión física de la luz. Esta reacción física, produce una carga eléctrica. Cada panel está compuesto por 2 capas que reaccionan con cargas positivas y negativas. Para lograr la diferencia de cargas, cada panel debe tener dos tipos de superficies con un panel conductor en el centro.
Cada capa se trata con diferentes materiales para que tengan reacciones diferentes, una se mezcla silicio con fósforo para generar un campo negativo y la otra con boro para generar una carga negativa.La energía que se genera en cada panel, se transmite hacia un marco conductor. Luego, un sistema de cables, lleva esta energía a un banco de acumulación (una batería) hasta que se invierte y se suministra.
Placas térmicas
Las placas térmicas funcionan con un sistema mucho más sencillo pero con una aplicación más específica.
El sol, genera dos tipos de energía: energía lumínica y energía térmica. Como ya hemos visto, se puede aprovechar la energía lumínica para generar electricidad. Sin embargo, la porción térmica de la energía solar puede aprovecharse de manera muy eficiente.
A través de un panel de captación solar, se aprovecha la radiación térmica del sol y se transmite hacia un fluido como energía calorífica. Este fluido se encuentra concentrado en un recipiente, el cual no solo se encarga de su contención sino de su posterior administración a demanda.
Con un sistema similar al funcionamiento de un aire acondicionado, un intercambiador recibe agua fría y la transforma en agua caliente mediante un simple sistema de intercambio de calor.
Existen sistemas térmicos de circuito abierto y cerrado
El sistema abierto, no tiene un intercambiador de energía, por lo que dependen del clima e incidencia del sol.
En cambio, el sistema cerrado funciona de la siguiente manera: Un líquido anticongelante fluye a través de un sistema de tuberías que son calentadas por acción del sol. Este líquido caliente pasa a un acumulador para calentar el agua fría, repitiendo el ciclo.
A veces, el agua del acumulador no llega a la temperatura deseada. En estos casos, pueden apoyarse por un sistema térmico compuesto por una resistencia eléctrica o una caldera para elevar la temperatura hasta el nivel requerido.
El sistema térmico cerrado, es el más utilizado en países con 4 estaciones como España, pues la temperatura del agua en los meses invernales (cuando más se requiere) puede llegar por debajo del punto de congelación.
¿Cuál instalar en casa?
Ambas opciones no son mutuamente excluyentes, pero sí son sustitutivas. Es decir, los paneles fotovoltaicos pueden funcionar para hacer funcionar un calentador de agua, pero un panel térmico no funciona para generar electricidad.
El uso de paneles térmicos se aconseja en aquellos espacios o comercios con gran uso de agua caliente, como gimnasios, piscinas o saunas. Algunos sistemas térmicos se pueden usar como apoyo al sistema de calefacción, calderas o generadores de vapor.
Sin embargo, la apuesta segura para el hogar y para el ámbito comercial tiende a ser la instalación de paneles solares fotovoltaicos, ya que se trata de una inversión más flexible, adaptativa a cualquier situación y con una excelente capacidad de amortización.