Una de las principales preocupaciones de los españoles en general y de los andaluces en particular, es en lo relativo al consumo eléctrico de sus hogares. Durante años hemos escuchado campañas sobre la concienciación del consumo eficiente y las maneras de reducir el desperdicio de energía. En algunos hogares, estas medidas se cumplen a rajatabla y han logrado disminuir el consumo en exceso a niveles bastante admirables. Especialmente si nos comparamos con otros países europeos o americanos.
Sin embargo, todas las privaciones y cambios en nuestros ritmos de vida aunque han reducido el consumo, no parecen reducir significativamente la factura. Especialmente en los últimos meses en los que las tarifas eléctricas unitarias han aumentado exponencialmente. En este sentido, muchos sevillanos han considerado la instalación de placas fotovoltaicas en Sevilla como una medida para paliar los ingentes gastos en electricidad. Esta es una decisión muy importante y que tiene implicaciones positivas en nuestros hogares.
El consumo de una energía limpia, económica y segura como la energía solar favorece un mayor cuidado al medio ambiente y sobre todo, al bolsillo. No obstante, antes de decidirnos por la instalación de un sistema de autoconsumo por placas solares, debemos conocer cuál es nuestro consumo actual.
Un estudio realizado conjuntamente entre la Eurostat, el Ministerio de Industria y el IDAE, ha analizado el patrón de consumo del hogar español promedio. Por supuesto que estos análisis varían por zonas y condiciones particulares, pero nos dan un indicador bastante cercano a nuestra realidad. Veamos cuales son las características del consumo que nos pueden servir como comparativa ante nuestro consumo particular. Especialmente antes de decidirnos por la instalación de cualquier sistema de autoconsumo eléctrico.
¿Cómo consumimos energía en los hogares españoles?
Los sevillanos como parte de una corriente de optimización energética en España y toda Europa, hemos ajustado ciertos patrones de consumo habituales. Hemos adaptado nuestros termostatos en el rudo verano sevillano y compramos cada vez más equipos basados en su eficiencia energética.
El nivel de conciencia que hemos adquirido ha hecho que en menos de una década, nuestra eficiencia energética se haya duplicado. Especialmente si comparamos nuestro consumo promedio con otros países como Estados Unidos, Rusia o México. Algunos de los cambios han supuesto grandes beneficios en calidad de vida o contribución a la reducción de elementos contaminantes. Aunque en el terreno económico estos cambios parecieran no ser suficientes.
Gastamos una media anual cercana a los 1000€ en facturas de electricidad en unos 3.500 kWh anuales. Los sistemas de aire acondicionado y calefacción son los mayores elementos de consumo sumados a los sistemas de agua caliente sanitaria. Estos dos elementos se llevan casi un 60% de la factura eléctrica, además de los electrodomésticos como el frigorífico. Los sistemas de iluminación, de refrigeración de alimentos y de entretenimiento consumen un 30% de la factura eléctrica. El 10% restante se divide entre los ordenadores, lavadoras y sistemas de entretenimiento.
¿Qué hacer para reducir el consumo?
Si analizamos la composición del consumo energético, la mayor parte de la factura es imposible de reducir pues corresponde a actividades básicas de la vida. Subsistir en verano sin aire acondicionado en Sevilla o sin calefacción en Galicia en invierno, es prácticamente imposible.
Hemos sustituido todas las bombillas por focos de bajo consumo, hemos reducido el uso de lavadoras y en algunas se han eliminado equipos como la secadora. Aún así, la factura no pareciera bajar su cuantía a pesar del máximo esfuerzo hecho por la ciudadanía.
A pesar de estas cifras, en España, tan solo el 11% de los hogares utilizan fuentes alternativas como principal fuente de energía. La energía solar como fuente de autoconsumo de energía es la más recomendada por todos los expertos. Su fácil instalación y su bajo mantenimiento se suman a la seguridad del suministro y los grandes beneficios económicos asociados.
Una fuente limpia, segura y constante que permite generar excedentes energéticos que pueden eventualmente ingresarse al sistema general y generar beneficios. Los cambios de la legislación que gravaba el consumo solar y la derogación del “impuesto al sol” estimulan la instalación de fuentes de autoconsumo solar.
Muchos expertos consideran que los aumentos constantes en las tarifas eléctricas impulsarán un aumento en la instalación de sistemas de autoconsumo eléctrico en Sevilla. Poco a poco avanzamos hacia una composición más equilibrada de energías más limpias, seguras y sobre todo, más económicas.